La movilidad eléctrica está llegando a todos los rincones del mundo y abarcando importantes ámbitos dentro de la sociedad. La existencia de vehículos con esta tecnología ya no solo se limita a paseos urbanos o competiciones deportivas, sino que fuerzas militares de los países también apelan a la innovación.
En Australia, los soldados están probando el uso de bicicletas eléctricas de alta potencia para funciones militares, centrándose en misiones de exploración silenciosas.
Los efectivos del Regimiento de Caballos Ligeros con Infantería Montada de Queensland están explorando estos vehículos de alta potencia, aunque pocos las considerarían bicicletas, puesto que pueden alcanzar velocidades muy altas.
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Algunas tienen pedales funcionales, pero pueden superar los 80 kilómetros por hora en la operación de solo aceleración. Esos altos niveles son posibles gracias a un imponente motor de 6,2 kW. Las bicicletas eléctricas se pueden pedalear gracias a una caja de cambios de 9 velocidades construida alrededor del soporte inferior, donde muchas tradicionalmente albergarían un motor de transmisión media.
Modelo
La descripción exacta de la bicicleta eléctrica no ha sido publicada oficialmente por el ejército australiano, pero sus características indican que se trata de la gama B-52 de la empresa australiana Stealth Electric Bikes.
Tienen un peso de 51 kg, llevan baterías de 2 kWh y están clasificadas para rangos de hasta 100 km con una sola carga, aunque a velocidades más lentas. A una potencia de 50 km / h, producen solo 65 dB de sonido. Eso está muy por debajo de la firma audible de una moto de cross a gasolina. También se pueden subir más fácilmente a un camión u otro vehículo militar e incluso se pedalean hacia atrás si la batería se agota.
Concientización en la institución
Thomas Ovey, cabo de la Infantería Montada de Queensland señaló que “la huella se minimiza debido a menos energía, menos ruido y no está levantando mucho polvo, que podría ser visto por las fuerzas enemigas. Es mucho más eficaz que una motocicleta estándar. Nos llamarán, sacaremos las motos, nos dirigiremos hacia allí y obtendremos la información”.
“Cubrimos mayor territorio mucho más rápido y ahorramos tiempo en lugar de esperar a que las tropas vengan a nosotros cuando hayan encontrado algo. Es más fácil sacar las bicicletas eléctricas y regresar”, añadió.
Cabe destacar que la utilización de estos vehículos por parte de fuerzas militares se está expandiendo, puesto que en Nueva Zelanda y Noruega ya los ejércitos han realizado pruebas. Además, principalmente en Europa, los cuerpos policiales se han apoyado en esta tecnología para sus labores de resguardo.
Redacción I Jhonattan González