La Fórmula 1 ha sido por décadas la máxima categoría del automovilismo mundial, brindando emociones por doquier con monoplazas que exceden los límites. Una de las características más destacada de esta competición ha sido el sonido de los motores; sin embargo, resulta necesario afrontar un cambio en términos de sostenibilidad aunque afecte el mismo.
Electrificar la F1 no cruza por la mente de los dirigentes del Gran Circo, pero están conscientes de que impulsar un paso a la vez la movilidad verde es de suma importancia para el futuro del planeta. De seguro, la inspiración que afronte la categoría llegará a otras hasta incrementar el número de participantes interesados en realizar un cambio.
Justamente, Ross Brawn, director deportivo de la Fórmula 1, reveló recientemente en una entrevista con BBC Radio que la Fórmula 1 podría implementar el uso del hidrógeno como combustible, pero descartan la electrificación, pues eso conllevaría a perder el sonido de los motores de combustión, principal atractivo de la F1.
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La Fórmula 1 prefiere el hidrógeno antes que la electrificación total
Actualmente, la Fórmula 1 combina la tecnología híbrida introducida desde la temporada 2014, fecha desde la cual los motores funcionan de manera eléctrica y con combustible. De hecho, Mercedes-AMG Petronas ha sido el equipo que mejor interpretó ese reglamento a tal punto de acaparar todos los títulos desde aquel entonces entre Lewis Hamilton y el jefe de equipo de Rosberg X Racing en la Extreme-E, Nico Rosberg.
“Tenemos una carrera de una hora y media, tenemos autos de 1,000 caballos de fuerza, somos el pináculo del automovilismo. No se puede conseguir esa explosión sin los combustibles fósiles», afirmó Brawn a la BBC recalcando que la mejor opción hasta el momento para avanzar hacia la sostenibilidad transita por el uso del hidrógeno.
También aseguró que la Fórmula 1 es una categoría exigente con carreras de 90 minutos, por lo cual considera que la electrificación no es una vía que puede sostener ese ritmo, pues los pilotos tendrían que cambiar totalmente su manera de encarar los Grandes Premios preocupándose por el ahorro de energía.
Cabe destacar que las emisiones generadas por los monoplazas representan una fracción mínima de carbono generada a raíz de ello en comparación con toda la contaminación que se genera en los viajes logísticos, aunque en ese sentido, Ross Brawn enfatizó que la F1 no se plantea reducir el número de carreras.
«Al final del día, somos un negocio. Tenemos que generar ingresos para que todo esto funcione y obviamente, cuantas más carreras tengamos, más rentable será», finalizó.
Redacción | Ronald Ortega