Una nueva polémica sacude al mundo del deporte motor, luego de que el tetracampeón de la Fórmula 1, Sebastian Vettel, tuviera palabras despectivas hacia la Fórmula E, nueva serie de carreras con monoplazas eléctricos.
En declaraciones al diario alemán Zeit, Vettel se refirió al interés de algunos equipos de la categoría en adquirir sus servicios como piloto. “No quiero ser una mascota y no quiero poner mi cara en algo que no me convence del todo. No entiendo el significado detrás», dijo.
“La tecnología de la batería no tiene nada que ver con la tecnología normal que podría usar un automóvil. No es bueno para el medio ambiente si las pilas se recargan con energías no renovables, sino con combustibles fósiles”, añadió el corredor de Aston Martin.
Las reacciones no se hicieron esperar y el piloto más emblemático de la Fórmula E, Lucas di Grassi respondió de manera contundente a lo dicho por Vettel. «Si Vettel no quiere venir a la Fórmula E, es su elección», escribió di Grassi en Twitter. «Ahora, para decir que la tecnología de los autos es menos relevante para el futuro de los automóviles, o no tiene idea de lo que está hablando o está tratando de engañar al público en general a propósito”.
Además, di Grassi criticó las labores de Vettel en materia ambiental, donde se le ha visto participando en eventos ecológicos junto a distintas organizaciones. “Todas esas cosas ecológicas que ha estado haciendo últimamente son para lavarse la cara, no lo que él realmente cree”.
El piloto de Mahindra señaló que si al alemán no le gusta la serie o no desea participar en ella, por lo menos debería apoyarla debido a su legado sostenible.
Un camino de críticas
Desde su fundación en 2014 la Fórmula E ha tenido que sortear cualquier cantidad de obstáculos. Más allá de los que se han presentado en materia operativa, la serie de monoplazas eléctricos todavía lucha contra los escépticos y conservadores que no consideran a estas nuevas tecnologías como un atractivo para el deporte.
Además de Vettel, otras figuras como el director del equipo Red Bull de la máxima categoría, Christian Horner declaró que la Fórmula E “no funciona porque no lleva casi gente, no hay ruido, no hay pasión. Tampoco hay ambiente y los fabricantes van retirándose del campeonato nuevamente”.
El expiloto hizo alusión a las deserciones de Mercedes, Audi y BMW, pero no se refirió al ingreso de McLaren, Maserati y el regreso de ABT para la temporada 9.
Otra visión desde arriba
A pesar de los dimes y diretes, desde los directivos que toman las decisiones en el deporte motor hay una política conciliadora y que busca sumar esfuerzos entre ambas series.
Durante el mandato de Jean Todt en la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), se impulsó de manera clave la creación de la Fórmula E y se incluyeron importantes normativas para la utilización de combustibles sostenibles en distintos campeonatos.
Por su parte, al nuevo presidente del ente rector del automovilismo mundial, Mohammed Ben Sulayem, se le ha visto en las carreras de la categoría electrificada, dando muestras del respaldo irrestricto hacia el ahora Campenato Mundial.
Asimismo, desde lo más alto de la Fórmula E, su fundador, el empresario español Alejandro Agag, considera que tanto la competición que dirige como la F1 pueden fusionarse de manera perfecta y ofrecer una novedosa atracción para todos los aficionados.