Tras un fatídico 2020 con la pandemia del COVID-19 trastocando el calendario de la Fórmula E, la ciudad de Nueva York se viste de gala para recibir nuevamente el E-Prix en la temporada siete.
Por cuarta vez en la historia, la serie de monoplazas eléctricos disputa una competencia en Brooklyn, un trazado que llega para las jornadas de este 10 y 11 de julio con algunos cambios importantes que los pilotos deberán tomar en cuanta al momento de salir a la pista.
Entre las modificaciones más destacadas anunciadas por los organizadores al momento de la presentación, se encuentra el ajuste en lo que era la curva 1, que pasó a tener cinco curvas seguidas que terminan con una recta para un remate perfecto a la hora de llegar a la meta.
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Asimismo, se hicieron retoques en la combinación de las curvas 2 y 3, para tener una pista más fluida que permita a los corredores hacer avances de rivales, situación que termina siendo mucho más emocionante a los ojos de los espectadores. Además, el trazado tuvo un aumento de 10 a 14 ángulos, lo que hace que ahora mida 2.374 metros.
A pesar de los aspectos de la pista que fueron enlazados, la Fórmula E indicó que la esencia total del escenario se mantiene para la cita de este fin de semana. Solo hay un detalle en la calle de boxes, cuya forma era en “U” para conectar la recta ubicada entre la curva 13 y 14, y ahora se encuentra en paralelo a la salida. Mientras tanto, la denominada zona de ataque estará ahora en la curva 10.
Pergamino de la pista
Nueva York ya sabe lo que es albergar grandes citas de la Fórmula E. En la campaña 2018-2019, la ciudad que nunca duerme fue sede de la gran final, una emocionante jornada que culminó con triunfos de Sebastien Buemi y Robin Frijns. Sin embargo, el francés Jean-Eric Vergne fue quien se alzó con el título, convirtiéndose en el primer piloto en repetir el cetro.
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El circuito está ubicado alrededor de la terminal de cruceros de Brooklyn, en el corazón del conocido barrio Red Hook de Brooklyn. La imponente pista tiene vistas, hacia la Estatua de la Libertad, el canal Buttermilk y el Bajo Manhattan.
Redacción I Jhonattan González