El mundo de la movilidad eléctrica tiene una cuenta pendiente para poder afianzarse a escala global: la infraestructura de carga. La autonomía de los coches sigue siendo la pata débil en una mesa que está cada vez más consolidada, apoyada en regulaciones de los Estados y nuevas tecnologías que incentivan a la transición.
Ante este panorama, diariamente surgen avances importantes en la materia, producto de estudios llevados a cabo por prestigiosas instituciones científicas. Una de ellas es la Universidad de Adelaida, Australia, donde investigadores probaron un concepto de superabsorción cuántica, cargando a través de un láser pequeñas microcavidades en las que fueron ubicando moléculas.
Los científicos definieron este proceso como como carga cuántica, o baterías cuánticas, las cuales utilizan los principios de la mecánica cuántica para ampliar las capacidades de las pilas, por ejemplo, requiriendo un menor tiempo de suministro.
Sus conclusiones fueron que conforme ubicaban más moléculas, el tiempo de carga disminuía, lo cual abre la puerta a una batería capaz de guardar energía y a la vez extraer potencia de la luz ambiental.
Otros descubrimientos en Asia
Por su parte, científicos del Instituto de Ciencia Básica de Corea del Sur, han conseguido probar con cálculos numéricos que en las baterías cuánticas las celdas pueden cargarse de forma simultánea, según el artículo académico publicado en la revista Physical Review Letters.
En la práctica, esto se traduce en una diferencia sustancial con las baterías actuales, cuyas celdas se cargan de forma consecutiva y no simultánea, que puede llevar a disminuir el tiempo de suministro de una forma sin precedentes.
Lee también: La Fórmula E revelará el auto Gen3 el 28 de abril en Mónaco
Según los avances, para una batería de 200 celdas de un coche eléctrico, que necesitaría unas 10 horas de carga en un dispositivo doméstico, pasaría a cargarse por completo en 3 minutos.
Asimismo, en una estación de carga rápida, los resultados podrían ser más alucinantes, llegando a tiempos de apenas segundos, lo que pondría por primera vez el suministro eléctrico por delante incluso del repostaje de combustible en cuanto a tiempo empleado.
Las consecuencias de estos cálculos matemáticos irían mucho más allá de la movilidad eléctrica. En ámbitos como la energía nuclear de fusión, la tecnología limpia que la ciencia lleva décadas investigando, sería muy útil la implementación de una batería capaz de cargarse y descargarse de forma rápida.
Redacción I Jhonattan González