La Fórmula 1 junto a su socio logístico oficial DHL anunciaron una innovadora iniciativa para la temporada 2023 en materia de reducción de emisiones de carbono, pues durante las carreras europeas, la entrega de suministros se realiza mediante una flota de camiones alimentados exclusivamente con biocombustibles.
Esta medida se traduce en una reducción de al menos un 60% en las emisiones de carbono en comparación con los combustibles tradicionales, con el potencial de lograr aún mayores ahorros gracias a una flota de 18 camiones de última generación, propulsados por combustible directo HVO100 (aceite vegetal hidrotratado).
«Cada camión puede transportar hasta 40 toneladas y viajar hasta 3500 kilómetros por tanque de 1000 litros. Para la etapa europea funcionan completamente con HVO100, biocombustible de segunda generación que cumple con el estándar EN15940 para combustibles de parafina, así como un combustible de sustitución directa”, afirma Paul Fowler, jefe de logística de DHL Motorsport.
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Tecnología de punta
Estos vehículos recorrerán aproximadamente 10.600 kilómetros durante las carreras europeas de la temporada 2023, marcando un importante paso hacia un transporte más sostenible en el mundo de la Fórmula 1.
“Somos un deporte que opera a escala mundial donde DHL juega un papel fundamental en la realización de las carreras, pues nos ayuda a abordar el impacto logístico que tenemos como campeonato mundial”, asegura Ellen Jones, directora de ESG en la Fórmula 1.
Asimismo, la Fórmula 1 y DHL han dado un nuevo paso hacia la sostenibilidad con estos camiones, los cuales forman parte de los esfuerzos del deporte por alcanzar la meta de Net Zero para 2030, donde la asociación entre ambas entidades ha servido como gran paso hacia una categoría más sustentable.
Finalmente, dentro de otras iniciativas entre ambas partes destaca la transición hacia una operación de transmisión remota más amplia, rediseño de contenedores de carga para adaptarse a los aviones Boeing 777, resultando en una reducción del 18% en las emisiones de carbono en comparación con los aviones 747 tradicionales.
Redacción | Ronald Ortega