Desde Alemania revelan una tecnología que se suma a los grandes avances en la infraestructura de carga para vehículos eléctricos, específicamente en los tiempos de abastecimiento de las baterías, lo cual aún representa el talón de Aquiles para el impulso de estas innovaciones.
Hofer Powertrain, dedicada a soluciones avanzadas de electromovilidad y almacenamiento de energía, presentó su batería BlueFire, probada en un vehículo de carreras con grandes resultados.
La investigación tuvo su punto de partida cuando detectaron la oportunidad de negocio que se abría con las competiciones deportivas de vehículos eléctricos, pues previeron una alta demanda de baterías muy potentes y eficientes destinadas al automovilismo.
Con la mencionada visión, decidieron desarrollar una plataforma de acumuladores basada en celdas extremadamente seguras y capaces de soportar corrientes de carga de hasta 3,75 megavatios. Es decir, 3.750 kW de potencia.
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Atributos de la invención
En el caso de la batería BlueFire, Hofer Powertrain empleó su BMS más avanzado, mientras que para el punto de recarga decidieron partir también de una estación ya disponible, dotada de toma CCS de carga rápida en corriente continua, pero modificada para que pudiera suministrar 3,75 MWh, unas 10 veces más de lo que llegan a recargar habitualmente.
En cuanto al vehículo, decidieron montar su nueva batería de tecnología LTO (óxido de titanio y litio) en un kart de competición, sometido a una prueba intensa que simulaba carreras de larga duración.
El resultado de la primera experiencia fue sorprendente, porque la batería, con una capacidad útil próxima a 40 kWh y que el kart eléctrico agotaba cada 10 minutos y medio (a ritmo de carrera, tres vueltas en el circuito donde Hofer Powertrain realizó el ensayo), podía recargarse en cada paso por boxes en menos de 90 segundos, el tiempo necesario para pasar del cero al 80% de su capacidad.
Eso permitiría ya su aplicación al mundo de la competición automovilística; e incluso a las pruebas de resistencia, con hasta 24 horas de duración, pues el kart utilizado en el ensayo completaría 1.000 vueltas al trazado, con cerca de 350 ciclos consecutivos de carga y descarga de su batería BlueFire.
La compañía teutona ve potencial en el uso cotidiano, donde baterías y cargadores de este tipo situados junto a las vías rápidas permitirían recargas tan rápidas como el repostaje de un vehículo con motor de combustión. Sin embargo, siguen centrados en su primer objetivo, vinculado a la competición.
Al parecer, tras el test con el kart han realizado otros ensayos a diferentes escalas que les permite ser muy optimistas sobre un próximo prototipo LMD como los usados en las 24 Horas de Le Mans, pero dotado de mecánica 100% eléctrica y que podría recargar sus baterías aún más deprisa, pues el plan a corto plazo de los ingenieros es lograr cargas del 5 al 85% en poco más de un minuto.